sábado, 10 de diciembre de 2011

Capítulo XXIX: La noche de la verdad.


La sangre le hirvió de pies a cabeza. ¿Qué hacia su Michael tan feliz con otra chica?, ella estaba acostumbrada al tímido y muy educado Michael de siempre. Ese Michael que cuando una chica o se asustaba por la mirada de ella o no le hablaban mucho por lo tímido y sumamente educado que era, pero ¿ahora?, ¿Quién rayos era esa chica con quien estaba?

Se le pasó una idea por la mente de quién podría ser. Pero no lo concibió posible. Camino hacia ellos decidida a hacer una de esas dramáticas escenitas que tanto le gustaban, así Michael aprendía.

Michael ya había dejado de abrazar a Caira y se estaban riendo de todo y de nada, hasta que los dos pudieron ver que Vanessa se acercaba a ellos.

-Michael…-dijo preocupada Caira con un hilo de voz.
-estoy seguro de lo que siento por ti, jamás te dejaré ir de nuevo.
Caira no pudo evitar sonreír embobada y sonreírle dulcemente.
-pero no quiero que estés en problemas.
-se tienen que enterar cuanto antes.
Vanessa se detuvo porque una de sus amigas se había ido a despedir de ella, Michael aprovecho eso y tomo a Caira de los hombros.
-vete lo más rápido que puedas de aquí, ¿ok?
-pero…
-vete. Te llamaré algo tarde.-le soltó los hombros y le dio un fugaz beso en los labios y Caira corrió lo más rápido hacia su auto arrancándolo y largándose de ahí.

Michael se quedó parado. Tomo aire y se quedó inmóvil. Vanessa ya se había despedido de su amiga y volvió en dirección a Michael. Este empezó a caminar en lo que parecía en dirección a Vanessa, pero al pasar a su lado, pasó de largo.

-se puede saber, ¿qué te pasa?-dijo exaltada Vanessa siguiendo a Michael. El caminaba bastante rápido y Vanessa solo tenía vista de su espalda.
-nada.-respondió después de unos minutos caminando sin rumbo.
-Te pasa algo cielo, dímelo.
-no me pasa nada.
-¡dime!
-nada…solo estoy cansado.
-¿cansado de qué?
-de nada.
-¡¿Cansado de qué?!
-déjame ya.
-quiero saber qué te pasa.
-ya te dije que NADA.
-¡pero quiero saber!
-Michael se volteó bastante molesto-¿de verdad quieres saber?
-¡sí!
-estoy cansado de TI.
Vanessa solo lo miro sorprendida. Michael dio un largo suspiro.
-Es por ella, ¿verdad?-dijo Vanessa con la cabeza hacia abajo.
-…si...es por ella.
-¿Por qué haces esto?
-no estoy haciendo nada malo realmente.
-pero yo….te amo.
-No juegues con esas palabras. Yo siempre supe de todas tus mentiras. Pero no tenía más elección que aguantarte.
-¡yo soy la indicada para ti!
-eres la que me conviene. Pero en ti nunca veo el hilo rojo…incluso te perdí el respeto cuando te vi con uno de “tus amigos”, ¿y se supone que tenía que aguantar todo eso?
-rio con sorna-pero si tú estás haciendo lo mismo.
-claro que no. Estoy con la persona que amo de verdad. Tú nunca me amaste, ni yo a ti, así que por qué no me dejas, aunque sea por los buenos momentos de nuestra niñez, ser feliz.
-eres un malagradecido.
-¿se supone que tengo que agradecer que me juntaron a la fuerza contigo?
-las pagarás caro.
-lo sé. Y estoy dispuesto a luchar por lo que quiero.

Vanessa corrió a casa de Michael con todas sus fuerzas con lágrimas de furia, y voluntad sedienta de venganza. Michael se quedó meditando un rato entre la obscuridad de la noche que reflejaba su libertad. Pero esto todavía no había acabado. Así que tomo aire y camino sin prisa a su casa, sabiendo que lo esperaba una larga noche de explicaciones.



“estoy seguro de lo que siento por ti, jamás te dejaré ir de nuevo.”
Tenía que sobrevivir la noche con esas tiernas frases. Ya casi no quedaban horas del día…en unos instantes comenzaba un nuevo día, y yo no sabía si el nuevo día traería alegrías o más desgracias. Me encontraba en mi casa, desesperada, nerviosa. No quería causarle ningún problema a Michael, pero aunque sonara egoísta, lo quería a mi lado.

De verdad no quería que lo alejaran de mí, quería creer que él les iba a explicar de una manera que pudieran entender, y que seríamos libres para  estar juntos. Desde el fondo de mi corazón quería creer eso.

Sonó el teléfono. Me levanté de golpe esperando que fuera Michael para decirme lo que quería escuchar.

-¡¿Hola?!
-Hola… ¿Caira?
-¿Frederick?...
-sí, soy yo.

Por alguna extraña razón, aunque esperara que fuera Michael, escuchar a mi mejor amigo me tranquilizo mucho.
Me disculpe con él por no haberme comunicado en un buen tiempo, él me dijo que no había problema, de todas formas él estaba ocupado también. Después de aclarar y disculparme empezamos a hablar, y le hablé de lo que estaba viviendo en estos momentos. Él ya sabía lo de Michael, sin detalles, y muy poco, porque cuando le conté seguía muy herida. Pero estaba feliz de que estuviera con él, aunque no del todo.

-los dos cuentan conmigo. Les ayudaré en lo que pueda.
-muchísimas gracias Fred. Eres el mejor.
-lo sabía, gracias.-reímos-oye… ¿estas mejor?
-masomenos, pero mejor que antes. Gracias.
-genial. ¿Por qué no llamas a tus amigas?, así hablas también con ellas, en estos momentos necesitas todo el apoyo posible.
Rayos. Fred tenía razón. El problema era que no hablaba con ellas desde que volví.  Soy demasiado despistada, además suponía que estarían enojadas conmigo. En fin tenía que hablarles, pero lo haría más tarde, ya era la una de la mañana, no quería despertarlas.
-les llamaré más tarde, no quiero molestarlas, además les debo una graaan explicación.
-supongo que sí. ¿Y que harás ahora con lo de Michael?
-por el momento solo esperar su llamada. Tengo mucho miedo.
-tranquila, se ve que él te ama, ya verás que todo se solucionará.
-eso espero Fred…eso espero…


Valor. Eso era lo que el amor le había regalado. El valor para enfrentar a sus padres. Valor para enfrentar la realidad. Por el amor llegas a ese momento en donde no te importa si millones de cráneos de papel pasan por el cielo, o un tornado de razón pasa para advertirte las consecuencias. Solo quieres a esa persona. Y si para conseguirla tienes que empezar una guerra, no importa. El problema de Michael, es nunca había acabado, ni siquiera había empezado.

Caminó despacio, ya casi llegaba a la casa, no se sentía nervioso, mas no estaba tranquilo del todo.

Ya toda la gente se había ido. Solo quedaban los restos de una enorme fiesta. Camino tranquilamente por el salón, siguiendo las voces que se escuchaban, al parecer eran de sus padres y de Vanessa, no se escuchaban las voces de los señores Di Carletti, y eso lo alivio mucho. Entro hasta el comedor, donde las voces lo llevaron. Al entrar todos se quedaron callados. Un silencio amargo e incómodo. Pudo notar que, en efecto, solo estaban sus padres y Vanessa. Lo que le pareció repugnante fue ver a Vanessa llorando con lágrimas de cocodrilo, y siendo consolada por su madre. Michael se sentó muy alejado de ellos, le daba gracias al cielo que la mesa era exageradamente enorme, pero igual ahí podía escucharlos y ellos a él. De pronto el silencio se rompió.

-Michael.-dijo su padre, se notaba su enojo.
-Padre-respondió Michael de lo más normal.
-¿Cómo es que estas tan tranquilo después de hacer pedazos el orgullo de una dama?
-estoy tranquilo porque lo que afirmas no es verdad, padre.
-¡MICHAEL JOSEPH JACKSON!, ¡¿Qué rayos pasa contigo?!,jamás imaginé que engañarías a tu prometida por una simple chica de tercera.
-¡No es una simple chica de tercera!, ¡no le digas así!, es más, la chica de tercera ¡es la “dama” al lado de tu esposa!-jamás imagino que respondería algo así. El jamás había sido alguien agresivo, pero…ahora mismo le daba igual, estaba muy enojado. Y de tanto enojo, las lágrimas se empezaron a colar por su mejia. La señora Jackson y la ofendida Vanessa los dejaron solos mientras Vanessa fingía aún más sollozo en cuanto salieron de ahí.
-¿por qué lo hiciste?, dime Michael, te he dado todo….todo… nunca te ha faltado ni la más mínima cosa, el único favor que me tenías que hacer era casarte con la hija de los Di Carletti…-dijo en un tono más bajo que los gritos de antes, pero igual de molesto, una vez su esposa y Vanessa se retiraron.
Michael siguió llorando, con la cabeza baja.
-Dime Michael…-dijo su padre caminando hasta su hijo y tomándole los hombros, sin que el cambiara su posición.-dime hijo… ¿Qué más quieres?... dime lo que quieras, pero por favor cásate con tu prometida, no es la gran cosa, solo hazlo y ya, no seas un malagradecido…dime… ¿Qué deseas?...

¿Qué deseas?...

Ya no iba a ser víctima de un círculo vicioso de codicia…ya no… ¡ya no más!

-¿sabes qué quiero?-dijo Michael con una voz calmada, recuperándose del llanto.
-dime hijo, dime.
-¡Quiero que me dejes en paz, y me dejes libre!, ¡NO QUIERO CASARME CON VANESSA!, ¡N-O  L-A  A-M-O!, yo JAMAS te he pedido lujos, TU ERES EL QUE ME LOS HAS DADO, siempre he sido un buen hijo, he aguantado todas esa hipocresías, esos engaños, esos prejuicios, TODO, por hacerte feliz a ti y a mi madre, pero ¿Qué hay de mí?, sé que tal vez esto siendo egoísta, pero no me importa, jamás he pensado en mí, no he sido feliz en toda esta vida, y encontré a alguien que ilumino mi vida, alguien que me hace sentir bien. Por una vez en mi vida, hazme feliz padre, déjame ir…
-yo te amo hijo, por eso quiero lo mejor para ti, esa chica no es
- ¡NO ME IMPORTA SI NO ES LO  MEJOR PARA MI!, ¡YO LA AMO! … padre la amo…¿Qué tan difícil es entender eso?...-dijo Michael llorando de nuevo.
-¿tan feliz te hace?...
-si padre…muy feliz…
-vete.
-¿ah?-dijo Michael levantando su rostro.
-vete. Ve con ella. Si tanto te hace feliz.
-pero…
-¡NO ME DES PEROS AHORA!, vete con ella.
Michael se limpió las lágrimas y sonrió a su padre.
-gracias…
-vete. Pero… ya no vuelvas. Si la eliges a ella. Vete y ya no vuelvas.
-padre…
-no me des más explicaciones. Si quieres estar aquí, vives bajo MIS REGLAS, si quieres “se libre”, y estar con ella, vives por ti solo.
-me parece bien.-dijo Michael sintiéndose demasiado bien y secándose los restos de las lágrimas.
-siempre te querré hijo. No importa lo que pase. Pero si de verdad quieres libertad. Ahí está tu cuarto, con tus cosas, ahí está la puerta, con tu nueva vida. Tienes beca en la universidad, así que puedes seguir estudiando, y vivir por tu cuenta.
-gracia padre, de verdad muchas gracias-dijo Michael abrazando a su padre.
-¿estás seguro que eso quieres?
-jamás estuve más seguro en mi vida.
-es más cómodo vivir bajo mis reglas…
-lo sé. Pero… no quiero lo cómodo.-dijo dejándolo de abrazar y sonriéndole.-vengo mañana por mis cosas, ahora sería mucho drama empacar.
-sí, tienes razón.
-¿Padre?
-¿sí?
-¿me dejaras ver a mi hermano?
-eso depende de él. Si él quiere, lo puedes ver. Pero no aquí. Le digo al chofer que lo lleve a donde sea que vivas ahora en adelante. Más te vale que consigas un buen trabajo, “tu libertad”, también implica la libertad que tendrá tu padre en no ayudarte económicamente.
-eso me hace muy feliz.
-bueno vete, antes que baje tu madre…
-¿Qué hará con ella?
-yo me encargo. Además todavía tengo una esperanza. A tu hermano le gusta la hija de otra familia, puedo llegar a hacer un buen trato con ellos.
-jamás cambias. Pero estoy feliz. Un peso menos.-suspiro-adiós papá.
-adiós hijo.
-dile a Emmanuel, y a mi madre, que los amo.
-ok. Adiós.
-Adiós…-dijo Michael sonriendo sinceramente con su padre y corriendo hacia la puerta, pero se detuvo un momento, pero sin voltear-el auto me lo regalo el abuelo. ¿Es mío, no?
-pues no fue comprado con mi dinero, y es un regalo, así que supongo que sí.
-genial. Ok. Vengo mañana por mis cosas.
-de acuerdo.

Jamás se había sentido más aliviado en su vida. Salió explotando de felicidad y tomando su auto, en camino a darle las noticias a Caira. Al fin era libre, se sentía tan bien. Ya estaba amaneciendo, y el día de hoy estaba empezando el día, de su nueva vida. 

1 comentario:

  1. ahhhhhhh! me emocione con este capi!
    Michael al fin es libre!!!!!!! :D
    y...y maldita Vanessa, ja! ¬¬
    q padre para mas desgraciado, bueno...al menos lo dejo en paz .__. ... Ojala Emmanuel se le revele como Michael e.e

    no quiero que acabe D:, pero quiero que la sigas rapido!(? xD

    ---> la ultima parte del post anterior: owwn eres una cosita tan tierna! te amodor mensa!♥
    Saludos! :D

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