jueves, 27 de enero de 2011

Capítulo VIII: Me siento bien contigo.

Atrapada, en un lugar místico, sin palabras que decir y experimentando algo que jamás me espere, y parecía no ser real.
-disculpen la molestia….
-…………….
-aquí esta su pedido….
Hora de volver al mundo real.
-¿ah?, jeje… disculpa, gracias-dijo Michael viendo al mesero apenado, mientras el servia nuestro pedido.
-gra…a… gracias…-dije recuperándome.
-por nada. Si necesitan algo mas me llaman-dijo y se retiro.
-se ve delicioso…¿no?
-……….
-Caira…¿estas bien?
La verdad no estaba bien. Estaba aturdida, como si me hubiera bajado de una montaña rusa a la cual me subí 6 veces seguidas. Ni siquiera sabia que hacia ahí. ¿alguien me hablaba?, ah si… era Michael… ahí todo regreso en si. Estaba cenando con el.
-jeje… si, estoy bien no te preocupes-sonreí.
¿Cómo podía estar igual de sereno y calmado?, no me explicaba como, ni por qué, pero me tenia que tranquilizar para no alarmarlo.
Empezamos a comer tranquilamente, el como todo un caballero. Yo ya me había recuperado y ya estaba normal. Hablamos un poco mas acerca de nuestra familia, por alguna razón el no hablaba mucho de sus padres, solo me contó que su madre se llamaba Charlotte. Casi solo hablo de su hermanito Emmanuel. Yo le conté que Haddy era la hermana que nunca tuve y que la quería muchísimo. Después de hablar de nuestras experiencias con nuestros hermanos, y de nuestras cosas en común, terminamos de comer. Michael pidió la cuenta y llego el mesero con ella en mano. Saque mi billetera y Michael me miro como si estuviera loca o algo así.
-Caira…¿Qué haces?
-pagaré la cuenta, ¿Por qué?
-no, no , no, yo la pagare, yo te invite.
-pero….
-pero nada Caira.-dijo serio.
Michael pago y yo guarde mi billetera.
-ok, gracias, aquí esta su cambio-dijo el mesero, con una sonrisa de cortesía y se fue.
-gracias…
-un placer. Pero cuando yo te diga “te invito” significa que yo pagare ¿ok?-dijo sonriente mientras salíamos del restaurante.
-rayos…
-¿Qué pasa?
-deje mi suéter, ¿me esperas aquí Michael?
-aquí lo traigo-dijo poniéndolo caballerosamente en mis hombros.
Reí tímidamente.
-gracias…-dije acomodándome el suéter mientras el solo sonrío y seguimos caminando.
-¿oye quieres ir al parque de la playa?-pregunto mientras caminábamos.
-esta bien…
-¿lo conoces?
-sinceramente no.
-me alegro-rió.
Me indico que lo siguiera y caminamos unas 5 cuadras, en silencio, pero admirando la luna y el cielo estrellado, que aunque no se miraran todas las estrellas, se miraban suficientes para admirar. La calles estaban solitarias y serenas, a lo lejos se escuchaban los ruidos de la ciudad, pero conforme nos acercábamos se fue mezclando ese sonido con el de las olas.
Llegamos, y era un parque bastante amplio, situado en una especie de colina, Michael me tomo de la mano dirigiéndome entre los árboles y las ramas, y nos detuvimos cuando llegamos a los columpios, me senté en uno de ellos y Michael igual, desde aquí quedaba la vista de la playa enfrente, y llegaba algo de la sutil y refrescante brisa del mar. Estar ahí era tan cómodo y hermoso, solo la tenue luz de la luna nos iluminaba, mientras las olas hacían su delicada danza dejando escapar la refrescante brisa.
-¿te gusta?
-me encanta… es hermoso… gracias por traerme…
-un placer.
Nos miramos y sonreímos. Luego el bajo la cabeza.
-¿sabes?, eres muy especial Caira. Contigo siento la libertad que se me impide.-suspiró.
-gracias Michael… tu también eres muy especial, soy mala con las palabras, lo único que te puedo decir es que jamás me sentí tan a gusto con nadie, tanto como me siento contigo. Lo que me preocupa es, ¿Por qué dices que se te impide la libertad?-dije poniendo mi mano es su hombro.
El subió su cabeza, me miro, y la volvió a bajar soltando un suspiro y sentándose mejor. Yo quite mi mano de su hombro y solo le sonreí para darle confianza.
-no es nada. No te alarmes… es solo una expresión que uso ya que a veces la gente que hace amistad conmigo por no se cosas raras… mi casa y esas cosas materiales que no valen nada. Pero tu confiaste en mi desde el primer momento y me aceptas por quien soy no por lo que tengo.
-yo jamás en mi vida conocí a una persona tan agradable como tu. Entiendo que la gente sea así contigo, pero solo quiero que sepas que yo… jamás te fallare.
Subió la cabeza con sus bellos ojos iluminados y con una gran sonrisa. Me abrazo.
-gracias Caira…
-por nada….
Dejamos de abrazarnos y nos miramos divertidos, los dos pensábamos que éramos unos cursis o algo asi, solo nos reímos y pasamos otro rato ahí en los columpios admirando ese hermoso paisaje que no podía dejar de ver… simplemente era hermoso. Luego de retirarnos de ahí, íbamos caminando hacia mi casa, me dijo que la había pasado súper y yo le respondí lo mismo, esperábamos vernos en la universidad el lunes, y pronto salir otra vez, al fin llegamos a mi casa, en la puerta estábamos, y me percate que todas las luces ya estaban apagadas.
-bueno… tienes que descansar.
.gracias por todo Michael… estuvo genial.
-de nada, disfruto mucho de tu compañía…
-igualmente.
-por cierto que linda tu casa…
-muchas gracias…¿quieres pasar?
-seria mucha molestia, y tu tienes que descansar, además me temo que ya es muy tarde y me mataran en casa. En otra oportunidad, con muchísimo gusto. Además no quiero despertar a tus padres y a Haddy-sonrío.
-bueno cuando quieras, mi casa es tu casa…
-gracias.
-nos… vemos
Me indico que extendiera mi mano y la beso caballerosamente, sonrío tímidamente, y yo me sonroje levemente y baje mi cabeza. Pude oír como caminaba y cuando subí y mire hacia la calle, ya no estaba. Suspire y entre finalmente a la casa. Una de las mejores noches de mi vida. Con un amigo muy especial. Se sentía muy bien encontrar alguien que te apoye, y sabia que podía contar con el y el conmigo. El era simplemente un encanto.

domingo, 16 de enero de 2011

Cierta Información y una disculpa :]

Hola mis queridas seguidoras y seguidor, ¿cómo estan?, bueno aparte de saludarlos y darles las gracias por sus lindos comentarios y por leer, quería disculparme con ustedes ya que no he subido el siguiente capítulo casi siempre me tardo lo mismo, ¿no?, bueno es por el proceso creativo y narrativo que se aplica, sin mencionar el tiempo que es fundamental, pero es una pasión y gustosa hago los capítulos con mucho amor para ustedes. Bueno también quería decirles que ahora me tardaré más en subir capítulos ya que regreso a clases después de casi 3 meses de vacaciones, bueno por el tiempo y las obligaciones que el regreso a clases implica, no podré estar en la computadora tan seguido, pero me esforsaré para hacer un lugarcito para la Fanfic, se los prometo. También espero que les este gustando la apariencia del blog, se vendrán pronto algunas otras cosas más pero falta mucho para eso. Espero también que todo les este yendo muy bien en este 2011, y que puedan cumplir todas sus metas. En fin...espero que me entiendan en esta situación por la que todos pasamos, les deseo lo mejor.


Les mando un enorme abrazo.
Gracias por leer Battlefield Fanfic y espero que les este gustando la historia.
con L.O.V.E , C. Elizabeth M. C [Eliz]

domingo, 9 de enero de 2011

Capítulo VII: Tu mística mirada

*Por si acaso. Aclaro. Que algunas veces cuando utilizo la palabra, "saludar", me refiero al tipíco beso en la mejía que en latinoamérica, y en algunos otros países, se da al saludar a la gente. Ustedes me entienden ¿no?, bueno por el momento eso...disfruten el capítulo :]

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Ya en la casa, nos percatamos que no había nadie en ella, Haddy tenia sueño y la acompañe a nuestra habitación para ayudarla. Mamá se quedo al teléfono que, al juzgar por las palabras y el modo de hablar, era papá. Por lo visto se iba a quedar hasta tarde en el trabajo, porque por lo general a estas horas ya estaba en casa.
Ayude a Haddy a ponerse la pijama y a lavarse los dientes, luego ella se acostó energéticamente, como era de costumbre, en su cama y yo la arrope y bese su mejía. Nos quedamos un rato observando por la ventana, esa noche… tan obscura, pero a la vez iluminada por la delicada luz de la luna y las estrellas. Esa paz que irradia una simple noche… con la maravilla de la naturaleza y su belleza. Acariciaba el cabello de Haddy, mientras admiraba esa noche, después de unos minutos se quedó dormida en mis brazos. Me enterneció y la recosté suavemente en su almohada, arropándola y cerrando la ventana. Fui a cambiarme de ropa, a lavarme los dientes y arreglarme un poco, tratando de no hacer ruido. Luego, ya lista, sigilosamente salí y cerré la puerta, dejando a Haddy profundamente dormida en nuestra habitación.
Baje las escaleras y ví que mamá estaba en la cocina. Me dirigí hacia ella, y me recibió con una de sus sonrisas, una sonrisa antenta y dulce, que te decía “todo esta bien”. Este era el momento perfecto para decirle que iba a salir. Tome asiento en la mesa y ella siguió ordenando, como había estado haciendo anteriormente.
-¿mamá?
-¿si hija?
-te quería decir que… saldré a charlar y a cenar con un amigo de la universidad-dije tranquilamente, diciéndole la verdad, porque de todas formas era mayor de edad, no me podía decir que no podía ir.
-bueno… esta bien. Si vienes tarde hay cierras puerta con llave.
-si claro mamá-me levante-ya me voy… te veo mas tarde-dije besando su mejia y dirigiéndome a la puerta con las llaves de la casa en mis bolsillos.
-ten cuidado, ¿ok?-dijo finalmente mamá.
-gracias mamá, no tardo.
Diciendo eso cerré la puerta y me acomode la chaqueta de algodón que llevaba y empecé a caminar hacia al parque. La noche estaba fresca y despejada, la luna estaba en cuarto menguante y muy brillante, y como siempre, hermosa. Ya estaba cerca del parque y me detuve un momento, sinceramente no sabia por qué, tal vez por los nervios o algo parecido.
“Tranquila Caira, es solo un amigo, no estés nerviosa, todo saldrá bien”, me decía a mi misma y di un suspiro para tranquilizarme y seguí caminando. Finalmente estaba en el parque. Con la vista empecé a buscar a Michael, el parque no ayudaba mucho a mi búsqueda ya que estaba muy obscuro, y eso que habían postes de luz, pero la luz que daban era muy suave. Ví a lo lejos un chico sentado en una banca del parque, con la cabeza baja y las manos entrelazadas y apoyadas en las rodillas. A juzgar por la figura y el cabello tan único, era Michael. Camine despacio hacia él y seguía sin mover un músculo. Seguía ahí, quieto y silencioso. Finalmente llegue hasta el y me encontraba enfrente de el pero el seguía igual.
-¿Michael?-pregunte finalmente.
El subió la cabeza, y la cara que se le figuro en ese instante era tan tierna… parecía un niño preguntándole algo a su mamá, con el brillito en los ojos, y la mirada de perrito triste y todo. Me miro y sonrió, luego se levanto.
-Hola Caira, jeje… ¿te asuste?-dijo con su peculiar y única voz, pero a la vez algo sorprendido.
-no claro que no, pero ¿Por qué estabas así?, ¿estas bien?-pregunte un tanto preocupada.
-¡si claro!, es que estaba pensado… y también esperándote. Es que estaba no se…¿distraído?
-jeje… bueno, pensaba que estabas llorando o algo así.
-no te preocupes. ¡Que descortés soy!-me saludó-¿Cómo estas?-dijo poniendo su mano en mi hombro.
Wow… me sonroje levemente cuando me saludo, no sabia por que rayos reaccionaba así… si era algo tan normal, ¡además yo lo hacia con toda la gente!, en fin, yo y mi rara forma de ser.
-pues bien, gracias. ¿y tu?
-feliz de que vinieras-sonrío.
Le devolví la sonrisa, algo tímida, pero se la devolví.
-gracias…
-bueno…¿y a donde quieres que cenemos?-preguntó atentamente mientras me indico que camináramos.
- no se….donde tu quieras esta bien.
-bueno… te llevaría al restaurante italiano, pero parecería ‘La dama y el vagabundo’.
Los dos reímos.
-no, mejor no. ¿Qué tal si vamos a Elliot’s?
-me parece genial…
Seguimos caminando hacia ese restaurante de comida, pues era como hecha en casa, pero a la vez era elegante y muy deliciosa, sin mencionar que el lugar era cómodo y agradable, en una oportunidad fui ahí con papá y nos encantó a los dos.
Michael y yo hablábamos pues… se podría decir que de todo un poco, prácticamente de las cosas que habla uno para concerce, solo que ahora mas despacio y detalladamente que en los videojuegos, nos gustaban mucho los animales y la naturaleza a los dos, y también nos gustaban los niños. Simplemente era algo que desde siempre me gustaba, en ellos encuentras una paz y amor inexplicable y sincera, una inocencia y piedad, que todo el mundo debería de aprender eso de ellos, simplemente son la naturaleza humana mas dulce que hay, y si algunos niños no eran así como lo ya descrito, era porque les faltaba atención, cariño y amor, por eso había que amarlos y escucharlos, porque ellos son el principio y futuro de la vida. Era una coincidencia que Michael también tuviera esa idea, nos emocionamos y sorprendimos mucho de que tuviéramos la misma perspectiva de los niños en general, y de todo lo demás que teníamos en común, que por cierto, eran muchas. Ni siquiera nos habíamos percatado de que ya estábamos en el restaurante ya sentados y acomodados en una mesa, aunque creo que si me di cuenta, bueno, nos dimos porque al llegar a una mesa Michael quito la silla de la mesa caballerosamente y yo me senté y le agradecí, sonreímos y después el se sentó y seguimos hablando de corrido.
Me había dado cuenta ya antes de sus hermosos ojos, pero al hablar de la tierra, los animales y los niños a Michael le salía un brillito muy especial en sus tan misteriosos y tiernos ojos, que contrastaban con sus hermosas facciones.
-disculpen…¿Qué desean ordenar?-interrumpió el mesero.
Paramos de hablar y lo volteamos a ver.
-ah….-Michael empezó a ver el menú-quiero… una hamburguesa vegetariana y una coca-cola, y ah si… una porción de fruta, por favor-dijo dándole el menú al mesero y sonriéndole amablemente.
-esta bien…-dijo apuntando el mesero-¿y usted señorita?
-un sándwich de pollo por favor-dije dándole el menú al mesero.
-esta bien… ¿y de tomar?.
-igual que el joven.
-ok. Ahora viene su pedido.
-gracias-dijimos los dos.
-con que… coca-cola, ¿no?
-veo que a ti también te gusta Michael…
-¡si!, otra cosa en común… pareces mi clon… solo que en versión femenina y muy bonita.
Me sonroje y algo que no podía evitar cuando me apenaba era, ponerme una mano en la cara. Si que estaba apenada… y MUY sonrojada.
-solo digo la verdad…-dijo Michael quitándome la mano del rostro y viéndome tiernamente.
-gracias…-dije tímidamente y el sonrío.
-……………
-¿puedo preguntarte algo?
-si… dime…
-¿Por qué te fuiste de mi casa tan pronto?
-es que…-suspiré- te seré sincera….
-¿Qué paso?-dijo un poco preocupado y muy atento a lo que iba a decir.
-creo que me dio… pena.
-¿enserio?-pregunto aliviado.
-si, enserio.
-ay Caira… no te apenes conmigo, puedes ir a mi casa cuando gustes, mi casa es tu casa.
-gracias. Siento haberme ido así…
-no te preocupes, pero quería que te quedaras un rato…
-lo lamento…
-no importa-sonrío-quería presentarte a mi hermano… pero nimodo en otra oportunidad será.
-awwwn, ¿tienes hermano?, ¿Cómo se llama?
El se entusiasmo y yo lo esperaba atenta.
-se llama Emmanuel, tiene 5 años….
-awwwn, ¡que ternura!
-jeje… si, a veces el es el único que me entiende…
-entonces…¿los que se reían en el jardín eran ustedes?
-¡si!, estábamos jugando-río-si te hubieras quedado, ¡hubiéramos jugado contigo!
-que lastima. Pero algún día será…
-¿me lo prometes?
En ese momento puso la cara mas angelical que ví en toda mi vida. Solo sonreí y lo mire a los ojos unos segundos, los cuales me cercioré… que Michael era un niño por dentro, ya me había dado cuenta, pero ahora estaba segura, con solo ver sus ojos, su mirada, detenidamente pude entrar en lo mas profundo de su ser…
-si… te lo prometo-dije en trance.


Me miro, detenidamente a los ojos, y yo trataba de mantener la mirada de él, algo difícil pero hermoso e inquietante, con su mística mirada. Era como si el tratara de saber exactamente todo de mi, como si tratara de descubrir el verdadero dolor que sentía por dentro, mis inseguridades, mis miedos, todo lo que atormentaba, eso me confundía pero a la vez tenía duda. Y había algo me hacia dejarlo descubrir esa parte de mi, algo como gravedad que me hacia caer otra vez a sus ojos, y él tratando de descubrir ese lugar escondido en algún sitio de mi alma, atravesandola con delicadeza y a la vez...su mirada me decía que no tenia de que asustarme...todo estaba bien.

lunes, 3 de enero de 2011

Capítulo VI: Una salida por casualidad

Amaneció y con la delicada luz del sol que entraba por la ventana, pude ver que ya era de día. La cama al lado de la mía, estaba tendida y arreglada, Haddy no estaba. La ventana ya estaba abierta y las cortinas también, todo eso me decía que ya era bastante tarde. Me levante todavía dormilenta, y tendí mi cama, después me fui al baño y me duche, tras cambiarme y peinarme salí de la habitación y me fui abajo. Al parecer no había nadie en casa, me dirigí a la cocina y había una nota en el refrigerador, la tome y me senté en la mesa. Decía lo siguiente:
Buenos días hija, espero que hayas amanecido muy bien.
Haddy y yo estamos en el trabajo, y tu padre está en el suyo. Si quieres ven aquí con nosotras o quédate en casa, como gustes.
Te quiero, Mamá.
No tenía nada que hacer, así que me pareció bien ir a la floristería a ayudar a mamá. Tome un tazón de cereal y un vaso de jugo, me lave los dientes, tome las llaves y me fui rumbo a la floristería de mamá. Decidí caminar, ya que el día era favorable y el clima agradable. La floristería de mamá era muy peculiar, al entrar era una tienda muy colorida y en la parte de atrás había una especie de invernadero donde mamá tenia las plantas y a unos cuantos metros había una cabaña de madera donde se hacían los arreglos, que se unía con el pequeño invernadero por un camino de rocas lisas con cemento, todo eso rodeado por sana y fresca grama. Al entrar la campanilla, típica de una tienda, sonó y entre serenamente. Encontré a Path atendiendo a una pareja, la fui a saludar y le sonreí a los clientes, luego me dirigí a la parte de atrás hacia el pequeño invernadero donde usualmente se mantenía mamá, entre y observe que no había nadie ahí, cerré y me dirigí a la cabaña. Al entrar encontré a Haddy y a mamá, las dos en mesas diferentes, haciendo arreglos. Las salude a las dos, y después de pasarles algunas herramientas de los muebles donde se guardaban, y ayudarles a traer algunas flores, sonó el teléfono que estaba al lado de mamá. Ella contesto y empezó a apuntar algo en un papel, después de decir << en unos minutos llegará su pedido, feliz día>>, mamá colgó y me miro.
-hija… ¿me harías un favor?
-sí claro, dime…
-Luca esta entregando los pedidos y por el momento no ha regresado. Quisiera saber si tu puedes ir a entregar este pedido, la señora ya lo pago solo tienes que entregarlo, no me dijo su apellido solo sé que se llama Charlotte, y solo haz que firmen de recibido, cualquier persona menos los guardianes y esas cosas, ¿puedes?
-está bien mamá, solo iré por mi auto.
-será mejor que vayas en la bicicleta repartidora, ya que la clase de flores del 50% de los arreglos son flores que se marchitan muy rápido.
-bueno….está bien iré por ella-dije y fui a buscar la bicicleta. Tras buscar por todos lados la encontré afuera debajo de la una de las ventanas de la tienda.
Regrese adentro y traje conmigo los arreglos, la dirección, una pluma, y una tabla con una hoja puesta con gancho para que firmaran, salí y quite las flores que tenia la canasta de la bicicleta y puse los arreglos y la tabla ahí, me puse la pluma atrás de la oreja y me marche. El día estaba delicioso, el sol brillaba y daba su calor, pero a la vez el clima estaba fresco, empecé a revisar el papel con la dirección, pero todavía me faltaba mucho, era una zona residencial muy exclusiva, y no sabía porque el nombre de este lugar me sonaba conocido.
Seguí pedaleando, disfrutando del paseo y a la vez pendiente de hacia donde era el lugar que buscaba, al fin me percate que llegue a la zona residencial que buscaba, solo me faltaba empezar a buscar la calle y el número de casa. Bendita calle ¿Dónde estás?, me decía a mí misma, hasta que al fin encontré la calle y estaba cerca del número. Al fin después de mi ardua búsqueda, encontré la casa, mejor dicho mansión, donde tenía que entregar el pedido, tenia un portón, y de ahí se miraba que había todo un camino rodeado de flores, plantas y grama, y al terminar el camino había una enorme mansión, y todo eso se miraba del portón, había un guardián en el portón e  hizo las típicas preguntas, “ ¿a dónde se dirige?”, yo le respondí que a dejar un pedido a Mrs. Charlotte, el accedió y me dejo pasar, yo decidí bajarme de la bicicleta y caminar jalándola, ya que ese lugar era agradable, estaba lleno de naturaleza, habían muchas mariposas pasando por ahí, y abejas revoloteando por las flores, era un amplio y hermoso jardín que rodeaba completamente la casa, simplemente este lugar era muy agradable, y encantada recorrí el camino hasta llegar a la entrada de la casa, había una fuente, y varias otras pequeñas casas rodeándola,  era como una especie de granja, mezclada con una elegante casa, y algunas plantas rodeando ese lugar, quede encantada. Encontré la puerta, jale con la bicicleta hasta ahí, y toque el timbre lista para entregar el pedido. De repente escuche risas, unas risas muy tiernas, se escuchaban atrás, al parecer del enorme jardín por el que había pasado, se escuchaba que hablaban entre carcajadas, hacían una pausa y se volvían a reír, se escuchaban como dos niños. Toque el  timbre una vez más, y seguían sin abrirme. Al fin me abrieron la puerta, una señora que al parecer era el ama de llaves.
-¿en qué puedo servirte, hija?-pregunto atenta.
-buenos días. Solo vengo a entregar este pedido de Mrs. Charlotte.
-oh, claro…ella no está por el momento, pero llamare a su hijo que lo firme.
-no hace falta señorita…usted lo puede firmar-dije sonriéndole.
-bueno lo firmare, pero esta pesado, así que de todas formas lo llamare-dijo firmando y entregándome la pluma y la tabla con el gancho.
-yo baje el arreglo de la bicicleta y lo coloque en la pequeña grada que había enfrente de la puerta y me subí a la bicicleta.
-¡Michael!, ¡ven a ayudarme con esto!-grito el ama de llaves desde la puerta.
Las risas de los niños pararon. Y solo se escuchaba la del más pequeño de ellos.
¿Michael?, una coincidencia, o ya sabía porque el nombre de la colonia se me hacia familiar, esta era la colonia donde vivía Michael, pero…no creo que esta fuera su casa, debe ser solo otro Michael, pensé.
-aquí estas guapo, ayúdame a llevar este arreglo a la mesa-dijo la señora mientras al lado de ella se acercaba un chico…
Estaba a punto de partir cuando me di cuenta que el chico, era Michael. Empecé a salir sorprendida, no sé porque pero me daba pena estar ahí.
-está bien…-dijo Michael con su encantadora voz de siempre y tomando el arreglo.
-¡gracias querida!, que tengas un hermoso día-me dijo el ama de llaves.
Ahora tenía que voltear a ver para ella, Michael  me iba a ver. Solo deseaba que no me reconociera.
-de nada, fue un placer. Feliz día para usted también-dije tímidamente volteándola a ver, y Michael seguía con ella ahí, y me miro sorprendido, pero a la vez sonriendo.
-¿Caira, eres tú?-me dijo con el arreglo todavía en brazos y sonriéndome agradablemente.
-Oh Michael, que sorpresa. Me…me…tengo que ir, un gusto saludarte, nos vemos luego-dije muy nerviosa y apresurada.
-Pero….está bien. Nos vemos luego-alcancé que dijo, ya que pedaleé con fuerza para salir.
El guardián de la puerta me dejo salir y salí a toda velocidad hacia la floristería. No sabía por qué me había dado pena estar ahí, pero no importaba, no soné descortés después de todo, pensaba. Llegue a la floristería, no sé cómo llegue tan rápido, solo sabía que corrí la bicicleta como si me hubieran estado persiguiendo. Deje la bicicleta afuera, amarrada a una cinta de hiero que tenia llave y entre a la tienda.
-ya veniste nena. ¿Todo bien?-me pregunto Path.
-si…todo bien-dije acercándome al mostrador con ella y dándole la tabla con el gancho.
-buen trabajo. Ahora… ¿me ayudarías a hacer estas tarjetas para los arreglos?-
-claro-dije y me senté a la par de ella, y empezamos a hacer pequeñas tarjetas con detalles sencillos y otros elegantes.
Mientras hablábamos de cualquier cosa, ya habían pasado varios minutos, como media hora y hacíamos las tarjetitas, y las decorábamos. Sonó el teléfono. Path interrumpió lo que hacía y con agilidad contesto, mientras yo seguía con lo mío.
-¿hola?-contesto Path.
-buenas tardes, disculpe el atrevimiento. ¿Esta Caira Valley ahí?-dijeron del otro lado de la línea y Caira solo medio escucho su nombre, pero ignoro eso y siguió en lo que estaba.
-¿Quién es?-
-soy…una amigo de la universidad, Michael Jackson-
-está bien señor Jackson…ahora se la paso-dijo Path en tono divertido.
-gracias….
Path me miro, casi riéndose y yo pare de hacer lo que hacia.
-es para ti Caira-dijo al fin después de aguantarse la risa.
-¿para mí?, bueno…-dije tomando el teléfono y mirando algo confundida a Path quien se rio y siguió en lo suyo.
-¿hola?-dije algo confundida.
-¿Caira?, hola…soy Michael- contestó siempre con su típico tono de voz.
-Michael…jeje…hola-dije nerviosa.
-¡hola!, ¿Cómo estás?
-bien ¿y tú?
-algo preocupado porque saliste casi corriendo de mi casa.
-oh…emm, lo siento-dije avergonzada.
-no importa, pero quería invitarte a cenar y así charlamos un poco, ¿te parece?-dijo firmemente pero a la vez tímido, como si se estuviera muriendo de la pena pero tratando de sonar firme.
A veces creía que Michael quería que me muriera de la vergüenza. Pero me parecía agradable la invitación. Además no iba a ser descotes.
-con mucho gusto-respondí.
-bueno. ¿Paso por ti o nos encontramos en algún lugar?
-encontrémonos en el parque, ¿está bien?
-claro. ¿Estaría bien a las 6:00?
-está bien, a las 6:00 en el parque.
-ok…hasta entonces.
-nos vemos luego, adiós-dije y colgamos los dos.
Los dos sonábamos igual. Queríamos ser firmes pero no podíamos evitar ser penosos. Me daba algo de gracia y a la vez me agradaba porque los dos hacíamos lo mismo. Era muy atento y bueno, estaba encantada de conocerlo.
 Una salida no me vendría nada mal, además el era agradable y ahora me sentía mejor de que estuviera bien, porque no había llegado a la universidad y me preocupe, no exageradamente pero me preocupe levemente.
Me senté con Path y seguí con lo que estaba. Ella no era la clase de persona que quiere saber todo, si no que solo me sonrió y seguimos como antes. Después de seguir lo que estábamos haciendo, y hablar al mismo tiempo, paso como 1 hora, en esa hora, Haddy se nos había unido a lo que hacíamos, Luca ya había regresado y mamá ya nos había saludado otra vez a todos y se nos unió también a Path, Haddy y a mí. Pasaron horas, y nos la estábamos pasando bien, pedimos una pizza, almorzamos y hablábamos y Luca hacia una que otra broma. Terminamos las tarjetas y empezamos a cerrar. Luego Path y Luca se despidieron y Path se llevo a Luca en su auto y nosotras salimos y cerramos la puerta principal. Caminamos hacia casa, Haddy iba de la mano con mamá y yo de la mano con ella, caminamos tranquilamente disfrutando de la tarde y llegamos a casa. Tenía en mente mencionarle a mamá que iba a salir, no pedía permiso porque ya era mayor de edad, pero si tenía que mencionar que iba a salir, aunque solo se lo decía a mamá y ella sabía cuando se lo decía a papá, si es que se daba cuenta. En fin...una salida con Michael no estava en mis planes, pero, de todas formas se dió.