domingo, 14 de agosto de 2011

Capítulo XXIV: Amor por compasión

 Lo siento de nuevo U.U, ojala me perdonen D:
Al fin aquí esta el nuevo capítulo, espero que les guste, y tienen derecho a matarme e.e
ya estoy haciendo mas capítulos,  gracias siempre por apoyarme y tenerme paciencia. Son lo máximo.
bueno aquí esta...¡¿Quién rayos escucha metal mientras escribe romance?!, .... YO xD, en fin no se  ni como pero el capítulo fluyó bastante bien (: ¡Disfruten! 
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Una amistad era suficiente. En la agonía del querer, no es fácil resistir algo más fuerte, si es que tan solo hubiera una manera más fácil de tomar ese camino…si tan solo…todo siguiera igual. A veces sentía la verdad…a veces pensaba que el amor  había arruinado…todo. ¿Era así?, tal vez si jamás hubiera sentido ese nuevo sentimiento, si jamás hubiera caído rendida a los ojos cafés que seguían mi camino, si no hubiera caído a la sonrisa de seguridad, a…los brazos de protección…en el inocente anhelo…tal vez estaría mejor. ¿Que importaba ahora?... ¿acaso iba a volver todo?, yo no era una princesa de cuento…y esto no era una historia de fantasía, ¿o sí?...junto a él parecía. Y eso se había desvanecido por el aire.

Bajo la alta luna, protegida por su esplendor, sumida en pensamientos. Las inútiles lagrimas se mezclaban con la tormenta…eso las hacia parecer menos dolorosas.  La obscuridad de la noche hacia que el silencio resonara en mis oídos, alarmando mis sentidos, mientras esas crueles heridas se abrían más. Perderme en el paisaje obscuro y tenebroso, sonaba mejor que volver a casa. No sabía que quería, ni siquiera sabía cómo regresar, ¿Qué sentido tenia?. Me encontraba tirada en el mojado suelo, sentía como la tierra absorbía el roció de mi dolor,  pero dejaba que el sonido de las olas tranquilizara, aunque sea un poco, mi ser.

-No señor Valley…no le he visto…-respondió preocupado Fred ante el angustiado padre de Caira.
-es tardísimo…pensaba que estaría contigo.
-créame señor Valley, yo también he estado demasiado preocupado. Iré  a buscarla en cuanto la encuentre le aviso. Daré lo mejor de mí-dijo Fred muy decidido.
-gracias Frederick. Yo hare unas llamadas…-dijo el señor Valley un poco menos preocupado y entrando a la casa mientras miraba como el joven chico de los pircings se desvanecía por el camino a toda velocidad en su bicicleta.
-¿Dónde te has metido…?-suspiro el señor Valley, y finalmente, entro a la casa.

Frederick llevaba su linterna, y pedaleaba tan rápido como sus piernas le permitían, buscando por todos lados. Las obscuras noches por Roseburg no ayudaban mucho, aun así el hacia su mejor esfuerzo.
-¡Caira!, ¡Caira!, ¡¿Dónde estás?!, ¡CAIRAA!-gritaba desesperadamente el chico.-donde te metiste…-pensó.

-¿y si mejor vamos a la comisaria?
-suspiró-tienes razón Haddy…ya llame a muchos, y no la han visto. Incluso al chico raro de la panadería-intento hacer sonreír a Haddy, y lo hiso, aunque solo por  unos segundos.
-¡vamos!
-ok…-dijo el padre de Caira entrando al auto con Haddy.
Manejo hasta la comisaria y entraron.
-¿en qué les puedo ayudar?-dijo el sheriff con su cigarrillo en boca y mirada despreocupada.
-mi hija se ha perdido.-dijo nervioso.
-bueno…-se sentó bien-¿Cuántos años tiene su hija?
-21…
-rio un poco-haber déjeme ver… ¿su hija de 21 años está perdida?-dijo en tono irónico.
-suspiró-Haddy…toma asiento, esto tomará tiempo…
-ok-dijo Haddy, no muy convencida, mientras se sentó.
-bueno mire…
-¡hey!, sheriff, ¿Dónde está Al?-dijo un extraño entrando por la puerta con una bolsa en la mano.
-esa voz se me hace un tanto conocida-pensó el padre de Caira y volteo a ver. Para su sorpresa…
-¡Mike!, ¿Qué hay?, Al esta allá atrás, ¿Qué le traes hoy?-respondió el sheriff  a…Michael.
-pues, como siempre un poco de comida, y las cartas, es lo único que lo aparta del tabaco y el alcohol-bromeo Michael hasta llegar donde estaba el sheriff sin notar al padre de Caira y a Haddy.
-bueno pasa adelante.
-gracias-volteo a ver-comper…-su mirada de congelo- señor… ¿Valley?
-¿Michael?-dijo algo sorprendido.
-disculpe la incumbencia, pero… ¿Qué hace aquí?
-suspiro-es que…Caira se ha perdido.
-¡¿Qué?! , ¿ha… hace cuánto?
-unas 3 horas, masomenos.
-¿ustedes dos se conocen?-pregunto el sheriff.
-si…-respondieron los dos no muy animados.
-¡entonces señor sígame contando!-dijo el sheriff abrazando a Michael con un brazo mientras este pone cara de pocos amigos viendo al sheriff, y el padre de Caira estaba  a punto de matar al sheriff mientras Haddy recordaba el tiempo con Michael con melancolía. Y el al darse cuenta le sonrió suavemente, haciendo sentir a Haddy que “todo estaba bien”.


El tiempo… ¿somos sus esclavos…no?...incluso ahora… ¿Qué hora era?... meditar…por largo… ¿largas?... ¿horas?... no me había percatado. Al menos todo este tiempo, me tranquilice lo suficiente como para…sentarme en una roca a ver el paisaje obscuro. Eso era un gran logro. No tenía ya el típico sentimiento inmaduro adolecente de “quiero morir”, ni tampoco el de “quiero matar a alguien”, no esos sentimientos ya habían pasado. Por ahora…me sentía… ¿tranquila?, por alguna razón después de tanto llanto, sollozo y vueltas a la cabeza…sentía como si estuviera borracha, drogada…o quien sabe, hasta sedada.  Bueno creo que estaba exagerando, pero no se me sentía rara y muy mal. De repente vi una luz, rayos. Como pude me escondí entre ramas y rocas. Vi que una persona se sentó a la orilla del lago en  una piedra, mascullando cosas. Wow esa persona sí que era alta… y al parecer era hombre, y un hombre enojado porque tiraba piedras al lago con frustración, apago su linterna y dejo caer la cara en sus manos. Pasaron unos minutos…luego él empezó a hablar solo.
-solo con saber que no le ha pasado nada estaría mejor…
Que tierno. La verdad es que pocas personas eran… ¡UN MOMENTO!, conocía esa voz…maldición…era Michael. Como pude me pare para escapar sin hacer ruido…pero el maldito musgo me resbaló y me caí haciendo sonar las ramas y hojas secas.
-¡¿Quién está ahí?!-dijo Michael alterado y prendiendo su linterna.
Oh genial…que no me alumbrara…
-¡¿está bien?!-dijo agarrándome del brazo sin ver mi rostro, porque yo lo estaba escondiendo.
-eh… si, si-decía yo intentando hacer otra voz y soltándome de él. Al fin me logre soltar de él, e intente escapar.
-¿Caira?
Maldición. Diría otra palabra, pero lo deje en maldición.
-suspiré-oye lo siento que me hayas encontrado aquí, sigue tu camino, no te preocupes por…-ya no termine la oración. Michael me abrazaba tiernamente. Yo estaba paralizada, solo sostenida por sus fuertes brazos.
-estoy tan aliviado que estés bien…
-Mi…Michael-dije al fin poniendo una de mis manos en su espalda. Y el seguía sin soltarme…

Por favor… ¿por qué haces que te amé, si no puedo tenerte?, tenerte tan cerca de mi sin poder tocarte, ¿me amas por compasión?, no me sueltes…y deja de hacerlo por compasión, me conformo con tu calor…. Aunque ella pueda ahogarse en esos suaves labios de miel. Mis lágrimas empezaron a brotar, mientras caí al suelo y el seguía abrazándome dulcemente. Lloraba a mares, quería golpearlo por hacerme sentir así, yo realmente lo amaba, y el venia, siendo ajeno, coloreando mi mundo con tan solo verme, sonreírme… abrazarme…
-Caira…no llores… ¿Qué paso?
-e… eres…un tonto-apenas si pude formar la palabra por el enorme llanto.
-lo sabía. Pero… ¿tienes otra razón?-dijo levantándome el rostro y secando mis lágrimas con sus cálidos dedos.
-deja de hacer eso-dije bajando mi mirada y sus manos.
-¿por qué?...
-¡DEJA DE QUERERME POR COMPASION!, ¡JAMAS PODREMOS ESTAR JUNTOS!, y tu…lo sabes…y aun así tu…me haces…
-¿Qué estás diciendo?, ¿Por qué no podemos estar juntos?
-¡PORQUE LA TIENES A ELLA!-dije estallando en un llanto más prologando.
-Caira…
-si la tienes a ella, ¿Por qué vienes a mí?-más llanto. Y él se separó de mí.
-déjame explicarte.
-habla de una vez…-dije un tanto enojada y secándome las lágrimas mientras cruzaba los brazos.
-se sentó a la par mía y yo mire hacia otro lado.- No entrare en detalles, pero… la verdad es que siempre te conté todo, excepto esto. Porque creí que arreglaría este asunto lo más antes posible, cometí un error en no habértelo contado, pero creí que te perdería.
-¿querías dos amantes?-dije con un poco de resentimiento alejando un poco el llanto.
-¡yo no soy así!, escúchame.-dijo y continuo- ella es Vanessa di Carletti, mi prometida desde que nacimos. Nuestros padres nos aparejaron por bienes de por medio.
-qué lindo…un cuento de hadas con los dos príncipes…-dije irónicamente.
-¡escúchame!, yo ¡JAMAS LA HE AMADO!, ¡Y JAMAS LA AMARE!-dijo sujetándome los hombros.- ¡YO AMO A OTRA PERSONA!
-Wow… ahora tienes a otra… ¿y ella como se llama?-dije con más ironía.
-¡SE LLAMA CAIRA VALLEY, LA MUJER QUE MAS HE AMADO EN MI VIDA!-dijo también con lágrimas en sus ojos.
-Michael…-dije petrificada mientras él seguía sosteniéndome por los hombros y con la cabeza baja llorando.
-Michael…-dije sosteniendo su cabeza, y limpiando sus lágrimas- eres un tonto…-dije besándolo con todo el amor que tenía por él, con todas mis fuerzas, con todo mi ser. El correspondió mientras se tranquilizaba y me abrazaba haciendo el beso más glorioso y tierno. No me interesaba que estuviera comprometido, no me importaba que el mundo se cayera con tal de estar a su lado… no necesitaba más.