viernes, 26 de noviembre de 2010

Capítulo II: Un ángel que pronto le pondrán alas

Tenía tanto en que pensar…habían cosas de las que no quería recordarme y cosas que era mejor no recordarme. Pero eran la triste verdad. Lo de mis tíos me dejo recuerdos de los buenos momentos con ellos comprimidos ahora en un capítulo más de mi vida. Eran como mis segundos padres. Oh esas navidades tan alegres y divertidas, esos días de acción de gracias hermosos, y esos cumpleaños tan tiernos y sencillos. Todo eso se fué, en un abrir y cerrar de ojos, sin dejar nada más que recuerdos invaluables que estaban bajo llave en mi corazón. Haddy me daba las fuerzas que necesitaba para superar eso. Ella era el ejemplo perfecto de no sentirse mal con lo sucedido, y era tan fuerte a pesar de que fueran sus padres. La admiraba mucho. Ya me sentía mejor con el accidente, pero los días que cumplían un año mas de fallecidos si me daba amarga tristeza. Sin embargo, Haddy me consolaba y me hacia seguir adelante siguiendo lo que ella misma hiso para hacerse tan fuerte a lo que paso: no recordarse del asunto. Seguía su consejo, y pues lo tenía que hacer ya que ella al verme triste por eso se tenía que recordar, eso significaba que ella también se pondría triste. Pero lo de mis tíos no era lo único que me deprimía con facilidad. Había algo que me dolía mucho más que la pérdida de mis tíos. Era mi madre. Hace un año le diagnosticaron cáncer. Ya estaba bastante avanzado, así que no serviría el tratamiento. Le quedaban meses de vida. Tomaba unas pastillas para algunos síntomas, pero eso no detendría lo que iba a pasar. Por parte de ella, ella siempre fue una persona que disfruto la vida al máximo, al enterarse de su enfermedad no le dio tanta lastima, en realidad lo tomo muy bien. Pero le dolía dejar a mi padre, a Haddy y a mí. Ella nos decía que si de verdad la amábamos, no sufriéramos por ella. Mi padre siempre fue el mejor esposo del mundo, ahora seguía igual, Haddy y yo siempre le dimos cariño a mamá, nuestro trato nunca fue diferente antes de enterarnos de la noticia. Estaba tan preocupada porque cada vez le costaba mas despertarse, cada vez tenia menos energía, cada vez su sonrisa se iba apagando más y más. Su alegre expresión se estaba convirtiendo en una melancolía. Me dolía con todo mí ser verla así. Pero no podía hacer nada más, más que disfrutarla, como siempre lo hice, y tratar de olvidar que ese día gris estaba cerca. Pero tenia que ser fuerte, por ella y por Haddy, ademas siempre estaría en mi corazón como la mujer que me dio la vida, aguanto mis llantos de niña, mis ineptitudes y bipolaridad de la adolescencia y la que sin pedir nada a cambio, me daba todo el amor del mundo. La iba a extrañar.

Ya llevaba 4 días en la universidad. Todo iba bien, normal. No conocía a nadie excepto a mis nuevos profesores, y eso que llevaba 3 años en la UCLA. Pero no me importaba, con solo Emmily a mi lado no necesitaba nada más. Solo conocí a una chica que me pregunto unas cosas y la ayude y ella me ayudo a mi en otra. Luego empezamos a intercambiar datos y nos caímos muy bien, la chica se llama, María, pero en fin salvo por ella y Emmily no hablaba con nadie. En casa todo estaba bien, papá y yo habíamos dejado de llorar por mamá cuando ella salía con Haddy ; y Mamá seguía, como en toda su vida, positiva y alegre. A veces cuando papá y yo la observábamos nos dábamos cuenta que se nos olvidaba su enfermedad, por más de que tratáramos de no pensar en eso…así era y no lo podíamos evitar. Aunque nunca nos sentimos arrepentidos porque toda nuestra vida le habíamos dado amor incondicional y a pesar de que papá a veces regresa del trabajo estresado, siempre hacia el mismo procedimiento para decirle buenas noches a mamá: después de cenar y despedirse de las niñas subir a la habitación, decirle las mil y una razones de por que la ama, darle un beso delicado y tierno y envueltos en su ternura y amor quedarse dormidos como dos recién casados. Cada vez que papá me contaba su tan especial procedimiento me daba cuenta de que ella era su princesa soñada, la mujer de su vida y él era su príncipe azul. Me sentía tan bien al saber que mis padres me habían concedido con todo el amor del mundo, siempre me criaron con el amor y delicadeza que solo los padres pueden dar. Mi adolescencia, jamás me dijieron nada fuerte, mamá me empezó a tratar como una adulta y a explicarme todo lo que en la vida iba a vivir y toda esa charla de “mujer a mujer”, etc. Me tenían paciencia y no me prohibieron nada, creo que por eso no me  llamaba la atención hacer nada de lo que en esos años se hacia, nada de escaparse de casa para ir a una fiesta ni consumir alcohol a escondidas de mis padres ni aventuras con jóvenes de malas intenciones, nada de eso. Creo que al darme libertad ya no tenia sentido ser salvaje y rebelde. Y aunque a veces mi bipolaridad alteraba a mi madre jamás le dije nada inadecuado. Errores si tuve, todos los tenemos. Muchos de esos errores serán cosas que jamás olvidaré, se que estuvo mal hacerlas pero que de ellas aprendí una valiosa lección. Y de eso se trata…de los errores se aprende. Así a pesar del pasado y de los acontecimientos futuros, seguíamos unidos y luchando.

Anoche en la cena, quedamos de acuerdo que íbamos a ir de noche al muelle a cenar como un picnic el sábado. Toda esa alegría y serenidad en mi hogar casi me hacia olvidar las cosas por las que me podía deprimir. Eso era una bendición.
Hoy era viernes y ya estaba en casa, estaba con Haddy viendo Pinocho, en la televisión mientras comíamos palomitas y estábamos en pijama.
-tu deberías tener la nariz de Pinocho, sabes?
-¡hey!, ¿Por qué se puede saber?
-me, mentiste cuando mi hámster escapo diciéndome que tío Marvin lo había matado. Por tu culpa ¡me enoje con el una semana!
-es que pensaba que ibas a estar muy triste. Pero te prometo que te comprare otro.
-no hace falta. Pero no vuelvas a mentir. ¿Me lo prometes?
-obvio Haddy, prometo no volver a mentirte o ¡yo misma llamare al hada para que me ponga la nariz de Pinocho!
-(riendo) te veras tan graciosa…
-(riendo también) ¿sabes que mas se vería gracioso?
-¿Qué?
-hacer que… ¡te retuerzas de la risa!
Empecé a hacerle cosquillas a Haddy y ella me hacia a mi para defenderse.
-¡¡¡no!!! Caira noooo!!! ¡ya basta!
-no seas aguafiestas…
-niñas, ¿Por qué tanto alboroto?
Caira y Haddy pararon de hacerse cosquillas.
- hola mamá.
- hola tía Eva.
-hola mis niñas…¿Qué hacen?- pregunto Eva con su voz tan delicada y suave.
-estamos viendo Pinocho-conteste.
-y haciéndonos cosquillas.
-oh ya veo…¿puedo hacer lo primero con ustedes?
-¿ver la película?, ¡claro mamá!
Mamá se sentó con nosotras en el sillón y nosotras la abrazamos mientras seguíamos viendo Pinocho. El calor y ternura que mamá irradiaba era lo que me hacia querer ser mejor persona. Simplemente era un ángel. Un ángel que pronto le pondrán alas.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Capítulo I: Tras el recuerdo

Noche lluviosa. Una familia feliz.
-¿Haddy?, ya llegaremos cariño. Falta poco.
-e..eta bien mami…
-yo hare la cena hoy, ¿que te parece amor?
-una gran idea…
-wiiii ¡papi hará la cena!...
-si mi princesita la hare especialmente para ti- volteo al asiento de atrás para darle una sonrisa a su querida hija.
-¡John!, ¡Joooooohn!, el camión!-advirtió su esposa.
-¡maldición!...
El auto se descontrolo al querer evitar al camión, pero la calle estaba mojada por la lluvia. El camión choco al auto y la parte de adelante se hiso pedazos. Una violenta escena. Vidrios tirados por la carretera y el piloto y la copilota, chorreados en sangre. Estaban muertos. La niña de 3 años estaba inconsciente, pero viva. Llego la ambulancia y la policía. Tras buscar entre los escombros, sacaron los cuerpos. Pero faltaba la parte de atrás.
-¡hey Cooper!, hay una niña acá atrás, esta inconsciente!-
Tomaron a la niña en brazos y la llevaron a emergencia al hospital. En el hospital, después de curarle las heridas, limpiarla y conseguirle ropa. La niña empezó a despertar. Un oficial de policía estaba a lado de su camilla.
-hola… ¿estas bien?
-quien es us…usted-su voz se entrecortaba.
-soy un amigo.
-y…mi mami?-pregunto inocente la niña.
El oficial no sabia que decir. ¿Cómo explicarle a una niña de 3 años que sus padres murieron? Afortunadamente llego la enfermera. La niña se quedo cayada y confundida, pero a pesar de  su corta edad, sabia que algo andaba mal. La enfermera dio autorización para poderse llevar a la niña. El oficial se acerco a la niña.
-¿tienes familia aquí en Los Ángeles?
-si…mis tíos.
-¿sabes la dirección, o el telefono?
-se…el telefono.
-¿me lo podrías dar?
La niña le dio el telefono y su nombre y apellido al oficial. La niña era muy lista. Y  llego a la conclusión que no vería a sus padres esta noche.
-¿hola?- contestaron el telefono
-señora buenas noches…disculpe, ¿usted conoce a Haddy Mattews?-
-si…es mi sobrina…¿quien habla?-
-el oficial Cooper. Lamento ser el portador de esta mala noticia, pero tenemos a Haddy aquí en el hospital. Sus padres murieron.-
La tía no podía creerlo. Le dio las gracias al oficial y le dijo que la iban a ir a traer cuanto antes. Antes de inundarse en lágrimas, despertó a su marido y se fueron al hospital. Al llegar encontraron a la pequeña niña que inexpresivamente miraba al vacio. Ella vio a sus tíos entrar y corrió a los brazos de su tía, sin decir nada las dos lloraron. Su tío fue a hablar con el oficial para saber como murieron sus cuñados. Llevaron a casa a la niña que se quedo dormida en brazos de su tía. La pobre niña había perdido para siempre a sus padres, y ella estaba llegando a la conclusión de que era así mientras crecía hasta que un día sabía que pasaba. Su prima la animaba un poco, y eran inseparables, así fue creciendo y creciendo sin mencionar a sus padres, un recuerdo que jamás se borrara de su mente ni de la mente de…su nueva familia…la lluviosa noche, en la que el recuerdo duele como cuando se vivió.


Otra hermosa mañana. Un nuevo día, un nuevo reto. El resplandor de la mañana te hace querer hacer las cosas bien. Respirando hondo, y pensando un rato repasas todo lo que has logrado y lo que te falta por lograr. Mi positivismo esta mañana se debía a que era el primer día de mi penúltimo año en la UCLA. Seguía en la cama, pensativa. Faltaba poco para que sonara el despertador. Lo apague antes que sonara para no despertar a Haddy que dormía en su cama tiernamente, después de todo faltaba mucho para que ella se levantara para la escuela. Me quede sentada en mi cama, estirándome y contemplando la ternura de mi prima, que prefería llamar hermanita. Me di cuenta que estaba bastante alta para tener 8 años.
Me levante y me dirigí a la ducha. Me cambie y me prepare para irme. Tome mi bolso y mis llaves y bese en la frente a mi Haddy. Sali de la habitación y pase viendo por la puerta abierta de la habitación de mis padres, mamá seguía dormida, pero papá no estaba ahí. Baje las escaleras y tras ir a la cocina me encontré a papá leyendo el periódico.
-Hola papá…- dije mientras me servía café y me sentaba en la mesa junto a papá.
Me miro-hola hija, ¿como amaneciste?- dijo mientras me dio un beso en la mejía.
-bien. Algo nerviosa por mi primer día. ¿Y tú?
-bueno no me quejo. ¿Quieres dinero para el almuerzo?
-no te molestes…
-no, insisto hija…hoy es el primer día, ademas tu madre no ha despertado y dudo que se despierte pronto. Prefiero que compres allá para evitarle la fatiga de cocinar, por eso es que siempre cocino yo.
-bueno…gracias-dije mientras tome los $.20.00 que papá saco de la billetera.
Termine mi café y me levante y tome mis cosas.
-adiós papá, hasta la tarde.
-adiós hija, ¡que todo te salga bien!
-¡gracias!, ¡te quiero!
-¡también te quiero!
Sali y me fui a mi auto. Esperaba que este fuera un gran día, el sol brillaba y el clima estaba genial. Este año habían estudiantes transferidos y teníamos una materia extra, en la que teníamos que juntarnos con los de de medicina. Eso me ponía algo nerviosa porque el año pasado los de medicina se creían los sabelotodo y me fastidiaban a mí y a mi clase. Pero en fin, espero que este año sean más maduros y dejen de creerse más que nosotros, porque todos somos iguales. En fin llegue al campus y estacione mi auto, saque mis cosas y me puse la bata, camine para la entrada y de repente alguien me toco la espalda. Me voltee rápidamente.
-oh, Emmily eres tu…¡hola!, ¡¿como estás?!- dije mientras la abrazaba.
-¡bien!, ¿y tu?, ¡te extrañe!, créeme…todo el verano en la granja de mis abuelos me aburrió tanto!, aunque ayude a dar a luz a 2 vacas de mi abuelo jeje…-dijo y nos separamos y seguimos caminando.
-estoy bien, supongo. Que bien lo de las vacas!, al menos te distrajiste con eso-
-si algo por el estilo. ¿Y tú que has hecho?
-solo ayudar en la guardería de la señora Kennedy y pues descansar, leer lo que no me da tiempo en esta época.
-awwwn… ¿que tal los niños?
-son geniales, y divertidos, aunque la señora Kennedy me dejaba a cargo de los mas bebes, eran de 4 meses a 1 año, wow…te dan una paz hermosa.
-Caira…¡deberías ser pediatra!
-no…me encantan los niños, pero no se ser veterinaria siempre fue mi sueño.
-bueno…que dicha tendrán los animales que lleguen a la clínica, serás lo máximo, bueno ya lo eres.
-¡basta de alagarme Emmily!, tu también eres súper para esto.
-ok…¡ahora cuidado con la puerta!
-gracias…casi me choco con ella…jeje.
-sigues siendo la misma Caira distraída que conozco.
Reímos un poco y entramos al salón. Entraron los demás alumnos y todos tómanos asiento y llego el profesor. Todo comenzó bien, las clases seguían igual de bueno educativas y no me había costado entender. Después del almuerzo nos tocaba dos horas de la nueva materia, eso significaba dos horas con los de medicina. Emmily y yo entramos al salón tranquilamente y vimos a casi todos los de nuestra clase ya preparados para la clase, los de medicina aun no habían llegado y hubiera querido que así se quedara. Pero lastimosamente entraron como siempre engreídos aunque algunos normales, había casi la misma cantidad de hombres que de mujeres mientras que en nuestra clase había más hombres que mujeres. En fin llego el profesor y todos en el salón callaron. La clase paso lenta, y no hubo ningún problema con los de medicina, considere eso un milagro. Al salir del salón con Emmily, ya era hora de salida así que vi que ella no traía su auto y nos fuimos juntas a mi casa para hacer la primera tarea en pareja.
-pasa adelante-dije mientras entrabamos y cerraba la puerta.
-gracias, con permiso.
-propio. ¡Ya estoy en casa!-dije y nos fuimos a mi habitación hablando al llegar Haddy estaba leyendo en su cama.
-hola Haddy
-¡hola Haddy!, ¡cuanto tiempo sin verte!
-jeje…hola Caira, ¡hola Emmily!, ¡extrañaba verte por aquí!-dijo mientras nos saludaba.
Hablamos un rato las tres y luego Haddy se fue a la sala a leer y nosotras empezamos la tarea. Cuando ya habíamos terminado miramos un poco de T.V y nos divertíamos como siempre. Emmily es mi mejor amiga desde primaria, era como mi otra hermana junto con Haddy. Este primer día no estuvo tan mal y esperaba que el resto del año fuera igual. Emmily cenó con nosotros y luego la fui a dejar a su casa caminando, ya que seguíamos charlando. Al llegar a la casa de Emmily me despedí de ella y luego su madre salió y me agradeció por haberla invitado a cenar, y me dio un pastel de chocolate para mi casa, yo apenada le agradecí y me despedí. De camino a casa pareciendo panadera, disfrute la linda noche, las estrellas iluminaban mi andar y yo pensaba sin parar. Yo nunca había sido una persona que se traza metas de mediado plazo; me gustaba solo trazarme estar bien en el año en mis materias, y pues bueno que no hubiera ningún problema grave. En fin había pasado un hermoso día y una divertida tarde, ya era algo tarde, pero estaba algo triste por que hoy hace 5 años que murieron mis tíos, era mejor que no pensara en eso ya que no quería llorar y arruinar mi día, pero me dolía como el día en que me entere. Llegue a mi casa y ya las luces estaban apagadas, deje el pastel en la mesa y subí a mi habitación, vi mis padres ya estaban dormidos, pero tenían la puerta abierta, la cerré y me fui a poner la pijama y lavarme el rostro, entre a mi habitación y Haddy tenia la lámpara encendida.
-hola…que haces despierta? Pensaba que ya estabas dormida…
-quería esperarte…
-gracias…-me senté en mi cama.
-¿estas bien?, te noto algo preocupada. No estarás así por la fecha…verdad?
-no quiero hablar de eso. No quiero lastimarte mas de lo que estas.
Hicimos una pausa y las dos teníamos la cabeza baja. De pronto ella se sentó en mi cama junto a mí.
-Caira…ya se que duele. Duele como no tienes idea. Más a mí porque eran mis padres. Pero debemos entender que no todas las cosas son eternas. Es mejor que pensemos que estarán más felices en el cielo. Las buenas personas que jamás hicieron daño a nadie tienen su recompensa. Ademas…nunca muere lo que en el corazón se tiene.
-wow…creo que aquí la que debería de tener 21 eres tu. Mírame aquí llorando como una bebe. Haddy tu eres una persona muy especial, eres mas madura que yo. Y claro mucho más fuerte que yo. Por eso te necesito tanto....-suspire y me seque las lágrimas.
-y yo a ti. ¿Qué haría sin mi hermana mayor?, después de haber perdido a mis padres…tu y mis tíos me criaron. Les debo tanto…
-no nos debes nada.
Nos vimos y sonreímos.
-si tienes razón. Después de todo, cuando tú te mudes, ¿Quién se quedara cuidando a Eva y Marvin?
-tu, es obvio. Pero ¿Por qué me mudaría?
-¡cuando te cases tontita!
-creo que vas a llegar a la universidad antes que pase eso.
-esta bien. Pero si te casaras ¿no?
-no se. Le tengo miedo a sentir ese amor. Tal vez adopte a un bebe y compre una casa grande, algunos animales y viva feliz con mi hermoso bebe y mis animales.
Reímos un poco.
-la verdad no se. Esperemos a que algún día pase. Pero si no pasa estaré bien Haddy, no necesito esa clase de amor.
-deberías de darle una oportunidad al amor.
-no es tan fácil como crees.
-no es fácil, pero es hermoso.
-¿Cómo lo sabes?, ¡tienes 8 años!
-si pero soy madura y toda una romántica.
-si ya me di cuenta. Buenas noches Haddy, estos temas no me gusta tocarlos.
-miedosa.
Apague la lámpara y ella se fue a su cama. Nos acostamos.
-hum…miedosa, como si ella supiera lo que es…-susurraba.
-Caira…te estoy escuchando.
-genial, quería que me escucharas.
Haddy solo dio una risita traviesa y nos quedamos dormidas. Tras un mal recuerdo, un vago sentimiento y un miedo.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Introducción: Battlefield y algunos datos antes de empezar

 Caira es una chica de 21 años, estudia en La Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y le falta poco por graduarse de veterinaria; vive con sus padres, Eva y Marvin, y junto con su prima de 8 años, Haddy, que vive con ellos desde que sus padres murieron cuando ella tenía 3 años. Caira la ama y protege como a una hermana. La personalidad de Caira es humilde y correcta, también es muy inteligente y hábil, pero su timidez opaca un poco todas sus habilidades, aunque también es muy apasionada tiene temor a ser lastimada. La vida le dará la oportunidad de conocer al amor de su vida, y su primer amor y quien la sacara de todas sus inseguridades. Aunque tendrá que pasar por muchos obstáculos, prejuicios y varios problemas provocados por diferencias sociales y un amor prohibido que complicara su felicidad con su alma gemela. ¿Podrá esta joven pareja vencer todo lo que impide que estén juntos?
Celos, pasión, orgullo, aprensión y amor embarga esta historia entre las cadenas que separan al amor verdadero. Todo lo que tendrán que vencer por su amor será todo un campo de batalla. ¿Podrán ser libres?

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Datos de la novela:

La época de Battlefield es en los gloriosos 80's. En la novela Michael no es famoso, solo es millonario (por su familia), sus padres y hermanos no aparecen en la historia, si no que aparecen otros personajes como sus padres, y su hermanito es Emmanuel Lewis. La mansión (Jackson) es la casa que tuvo Michael antes que Neverland Ranch, solo que en la novela la casa no esta en Encino si no que en L.A.