-¿quieres un helado?
-¡claro!
-vamos.
Ir a traer a Haddy a la escuela era algo tierno. Caminar era algo también lindo y natural. Cruzamos la avenida y paramos en el puesto de helados.
-¿Qué sabor quieres?
-¡fresa!
-de acuerdo.-dirigiéndome al que atendía-dos de fresa por favor.
-ok.
-¿pronto saldrás de la universidad, no?
-sí. Ya casi son mis vacaciones de verano. Y el otro año me graduare.
-ya veo…
-así es-recibiendo los helados y dándole uno a Haddy.
-gracias.
-de nada-al que atendía-¡gracias!
Salimos. La tarde estaba bastante apacible y fresca. El helado no estaba tan mal.
-¿vendrás a escoger casa con nosotros?
-no lo sé. Se los dejare a ustedes. ¿Cuándo irán?
-iremos mañana con el tío. Creo que no será en Los Ángeles donde nos quedaremos.
-es razonable. Creo que un cambio estará bien.
-¿me escondes algo verdad?
-Haddy…-me puse en cuclillas frente ella-no iré a vivir con ustedes. Los visitare siempre que pueda, si puedo todos los fines de semana y cada feriado, te lo prometo.
-¿Por qué no vivirás con nosotros?-dijo algo melancólica.
-quiero graduarme en esta universidad Haddy. Tan cuando me gradué me iré con ustedes.
-¿Dónde vivirás?
-en un apartamento.
-pero vendrás con nosotros en cuanto te gradúes.
-claro que sí.
-¿me lo prometes?
-si bobita-la abrase.
-cuidado…me mancharas de helado jajaja.
-jajaja, está bien.
Seguimos caminando hasta la casa. En la cena papá nos habló que venderíamos la casa. Para él era demasiado difícil vivir ahí, no dormía desde hace mucho, así que tenía que escoger una nueva casa cuanto antes, con respecto al vivero de mamá…se lo vendimos a Path, ese dinero junto con el de la venta de esta casa, que ya tenía compradores, serviría para las comodidades de la nueva. Yo ya había alquilado por un año un apartamento y ya estaban mis cosas ahí, por el momento dormía aquí, pero mis cosas estaban allá. Haddy y yo cuidábamos de papá, porque él era el más afectado, pero sabíamos que juntos todo saldría bien.
Ya era sábado. Hoy iban a ver una casa. Me despedí de ellos, era todavía muy temprano, así que solo me cambie y me fui a la biblioteca. Estaba feliz de que pronto papá estaría mejor, los cambios en la vida son muy buenos. Cambios. Ahora que recordaba…hacia 3 semanas que no hablaba con Michael…desde aquel incidente, me sentía como una completa tonta por dejarlo así de repente, tiene razones para estar furioso conmigo, y tiene derecho a no llamarme. Sin embargo yo lo llame una noche, y nadie me contesto, insistí, pero fue en vano. Eso fue muy deprimente, pero en fin solo esperaba que el estuviera bien, solo eso bastaba.
Tome 5 libros que me interesaron y los alquile, me quede unas horas leyendo, termine de leer un libro y dejar a la mitad otro, así que devolví uno, ya era tarde salí de ahí y pase al supermercado. Vivir sola no era tan malo, había conseguido un trabajo de medio tiempo en una editorial, me pagaban bien, solo tenía que tomar una vez el metro y mi horario era de 7 a.m. a 4 p.m, y podía pasar por Haddy a la escuela, usualmente los niños de primaria salen a las 3 pero ella salía más tarde por sus entrenamientos de soccer, me gustaba mucho ir a traer a Haddy, me gustaba caminar, hasta se me había olvidado que tenía un auto, pero bueno esto de traer a Haddy se acabaría pronto, pero, por papá, valdría la pena. Compre mi comida para una semana y tome el metro. Estaba cómoda con mi nueva vida, y la verdad me sentía muy bien, pero…a veces en mi apartamento me ponía en estado de agonía, y a veces pasaba horas y horas llorando y golpeándome contra las paredes, tenía varias heridas en el cuello hechas por mis uñas y unas cuentas en los brazos por rasguños en la pared. El psicólogo dijo que era solo un estado de depresión crónica, y que necesitaba una distracción, por eso conseguí trabajo, pero por lo visto no era suficiente, necesitaba algo más para salir de eso. Abrí la puerta de mi apartamento y entre, deje mis cosas en la mesa y me fui a poner la pijama a mi habitación, mi apartamento era espacioso, practico para una joven estudiante, solo tenía dos habitaciones, mi cuarto y mi biblioteca, y el baño que estaban arriba y abajo mi sala, mi cocina con un desayunador y una pequeña mesa para 4 un poco más allá de la cocina y después un pequeño patio trasero. Baje con mi pijama puesta y ordene mis cosas en el refrigerador y mis libros los puse en la mesa de la sala, tome un vaso con agua y abrí uno de los libros y comencé a leer. Solo tenía 4 vecinos, 2 de ellos parejas de gente de tercera edad, unas vecinas que eran dos chicas estudiantes que vivían juntas y en el otro apartamento otro chico que era pediatra. No molestaban para nada, algunas veces las chicas se peleaban y sus gritos se escuchaban hasta donde yo vivía, pero en vez de molestarme me divertía. Sonó el teléfono. Puse mi libro en la mesa y conteste:
-¿hola?
-¡¿hola!?
-ah…Emmily, ¿Cómo estás?
-normal no me quejo. ¿y tú?
-igual. Oye ¿quieres cenar conmigo?
-¡claro!
-ok ahora mismo llego, llevaré algo de sushi y cerveza, ¿ok?
-ok, te espero…oye quédate en mi casa, trae pijama.
-mmm…está bien, tardare un poco más entonces, traeré algunas películas, ahora llego.
-ok, te espero.
Colgué.
Tome la bolsa donde estaban los libros y los subí a mi habitación, luego volvió a sonar el teléfono. Baje corriendo, ¿Qué quería ahora Emmily?, llegue a la sale y conteste:
-¿hola?
-hola…
Esa voz. Mi cuerpo se estremeció.
-hola…Caira.
-Michael…
-¿Cómo estás?
-b-b-bien, he he , ¿y tú?
-bien, ahora que te escucho. Perdóname que no te he llamado, he estado de viaje con mi familia y la familia del mejor amigo de mi padre y madre, es un fastidio, créeme que lo que más quería era escucharte, aquí es una prisión.
-¿tan malo es?
-no sabes cuánto…
-me doy cuenta.
Reímos.
-pronto llegare y te llevare a donde quieras. Te extraño.
-gracias…y yo tam…bién te he extrañado Michael…-mi voz se quebraba.
-que feliz me hace escuchar eso.
-Michael…con respecto a lo que paso la otra vez…lo siento…mucho
-no importa, te entiendo.
-lo siento.
-perdóname a mí por ser tan tonto.
-¡no lo eres!, fui yo la tonta…solo me puse nerviosa…
¿POR QUÉ HABIA SOLTADO ESO?, ahora era obvio.
-¿enserio?...
-…..
-¿y si te digiera que a mí en ese momento sentía que mi corazón se iba a salir en cualquier momento?, creo que es obvio…lo que…siento…
-... ¿Michael?
-c…a…se…corta…
Se cortó.
Me quede petrificada en el sillón. No sabía que decir ni que pensar. << creo que es obvio lo que siento>>, eso resonaba en mi mente…y corazón, dejándome sin palabras para explicar lo que sentía. Lo único que sabía era que…había algo entre los dos. Algo fuerte e indestructible.