martes, 25 de octubre de 2011

Capítulo XXVII: La noche de tu cumpleaños. Primera parte.

Estaba en mi auto negándome a salir. Se escuchaba música y mucho alboroto proveniente de la-enorme-mansión de la cual yo estaba estacionada esperando que por algún milagro mis pies respondieran a mi voluntad de salir del maldito auto. Pero al parecer esta sería una larga noche. Deje caer mi cabeza al volante sintiéndome patética. Ni yo misma sabía por qué no quería salir, tal vez era el disfraz…no, este vestuario de chica se circo-parecía de loca de circo mejor dicho-me daba igual…entonces, ¿por qué estaba como tonta sin querer salir del auto?, nervios…desgano…incluso pereza sentía en ese momento y lo primero predominaba, pero…!al diablo con los nervios!, no me iba a estar aquí toda la noche, tome el regalo de Michael y salí decidida del auto, cerré la puerta algo fuerte y me dirigí a la entrada. Bueno mi “valentía” había llegado hasta ahí. Trague fuerte y me puse el antifaz, aun sin poder abrir la puerta para entrar…me había quedado helada. Luego una pareja estaba atrás mía charlando y al parecer iban a entrar, y pasaron a mi lado y abrieron la puerta, yo seguía sin moverme. Luego de eso el chico me volteo a ver junto con su acompañante y él me dijo:
-¿no vas a pasar?
-e-este…si, gracias-empuñe mis manos y tome aire, luego de eso entre y la pareja me sonrió para luego perderse con la gente.
Caray, sí que había gente aquí adentro, se miraba el enorme recibidor lleno de gente bailando, tomando, charlando, etc. acompañado de genial decoración  y a lo lejos se miraba que había gente por toda la enorme mansión, me sentí aliviada al no sentir ninguna mirada, solo era una chica más en la fiesta. Suspire aliviada y empecé a caminar por entre la gente…no era lo suficientemente atrevida para buscar a Michael, así que me dirigí al baño sin pensarlo dos veces. Sí que era una gran fiesta, estaba llena de gente joven y de adultos alocados, ni se escuchaba por la música y se miraba prácticamente todo tipo de gente. Puse el regalo en una de las mesas donde estaban los demás regalos y entre al primer baño que encontré, me vi al espejo y me arregle un poco. ¿Cómo le iba hacer para buscar a Michael?, en fin supongo que tenía que deambular por toda la casa como zombie hasta que lo viera por ahí. Abrí la puerta del baño y tope con alguien, me disculpe y luego ese alguien me tomo del brazo yo voltee bruscamente y:
-o-oye que te pas…
-¿Caira?-me interrumpió la voz de un ángel, al parecer vestido de algo así como un príncipe.
-Michael…-dije embobada por lo hermoso que se miraba, no llevaba antifaz ni nada, solo un disfraz de príncipe, hermosísimo, simplemente se miraba como salido de un cuento de hadas. Y al parecer el noto algo raro en quedarme callada viéndolo de pies a cabeza.
-¿tan mal esta?-dijo entre riéndose.
-…ah, n-no para nada, te ves…genial-dije volviendo a la realidad.
-muchas gracias, aunque yo quería vestirme de otra cosa, pero mi madre me obligo.
-pero está lindo…
-tú te ves hermosa, me encanta tu disfraz, es curioso.-dijo tomándome de la mano para darme una delicada vuelta.-si hermosa-dijo viéndome a los ojos mientras seguía tomándome la mano, y luego la alzo hasta su rostro y deposito un tierno beso en ella. Yo solo observaba todavía embobada cada movimiento. Creía que moriría en cualquier momento.
-¿quieres bailar?
-me parece bien.-dije y luego el me jalo la mano y nos fuimos al “salón” a bailar.
Entre tanta gente divirtiéndose, no me importaba sentirme como idiota al ser mal bailarina y Michael tal vez el mejor de toda la fiesta. Nos estábamos divirtiendo, incluso hasta entre la gente empezamos a bailar todos con todos y a disfrutar del momento. Me encontraba bailando una balada con Michael, hasta que entre la gente vi a una chica bastante linda, que me miraba con desprecio y odio, tenía un mal presentimiento, pero no le dije nada a Michael y me escondí en su hombro.
-¿Qué pasa?-me dijo cerca de mi oído.
-es que…alguien me miraba raro solo eso…tranquilo-dije algo nerviosa por nuestra cercanía, pero insegura por la mirada de esa chica.
-creo que ya sé quién es…-dijo levantando el cuello para ver hacia ella.-vámonos a otro lugar…ahora esta distraída-dijo jalándome con él por entre la gente, caminamos hasta llegar a el jardín. Me senté en una de las sillas del jardín algo cansada por tanto baile. Él se puso la mano en la frente con algo de desgano y se sentó a mi lado.
-¿Qué tienes?
-nada…es que…esa chica que nos miraba, era Vanessa.-dijo algo molesto.
Sabía que su mirada se debía a algo, y todo encajaba perfectamente en cuanto a quien se trataba.
-¿tendrás problemas porque nos vio?
-no…ella creerá que eres una de las chicas que había ahí, después de todo estábamos bailando todos con todos. Ella mira así a cada ser viviente que se me acerca…-suspiro y me vio-lamento si te incómodo.
-no, todo está bien. Da igual.
Al parecer Michael iba a decir algo hasta que un chico disfrazado algo similar a Michael se le acercó con confianza y Michael se levantó y me tendió la mano para que hiciera lo mismo y luego el chico lo saludo y Michael nos presentó:
-ella es Caira. Caira, Johan. Johan, Caira.
-gusto en conocerte.-dijo sonriéndome amablemente.
-igualmente.
-Oye Michael, linda chica la que tienes aquí, lamento si los interrumpí-dijo sarcásticamente.
-ya cállate…tonto don Juan. Dime, ¿veniste a molestarme o a decirme algo?
-tranquilo…te puedo molestar cuando quiera en la universidad.
Michael ya se estaba poniendo serio.
-solo vine a llamarte, partirán el pastel.-continuo Johan.
-Ah…en fin, gracias.
-no hay de qué.
-bueno vámonos-dijo Michael dirigiéndose hacia dentro y Johan y yo siguiéndolo. Llegamos al “salón” y había un enorme pastel esperando al cumpleañero, todos estaban ahí esperándolo, pero antes de que se dirigiera al centro para que le cantaran feliz cumpleaños le dijo algo a Johan mientras miraba con desprecio hacia alguien, pero no me di cuenta de quien, y esto me estaba confundiendo.
-Caira…quédate con Johan.-dijo algo serio.
-…está bien…pero…
-no quiero que estés cerca de mí por ahora.-dijo, ahora sí, muy serio. –dijo y se dirigió hacia donde estaba el enorme pastel.
Michael se sentó en una silla, su madre los abrazo y su padre le dio la mano; apagaron las luces y solo las velas alumbraban luego  todos empezamos a cantar, Michael pidió un deseo, se levantó y apago las velas con dificultad porque el pastel estaba muy alto,  todos aplaudimos felices, pero no me había dado cuenta que Vanessa estaba a lado de él…y lo que siguió después…

Vanessa beso eufóricamente a Michael entre toda la gente. Todos aplaudieron hacia el acto, ya que sabían que esa era su prometida. Caira se quedó helada y una fría lagrima corrió por su rostro…Johan la vio así y se dirigió a abrazarla. Caira correspondió, para luego salir corriendo, y Johan confundido ni siquiera la detuvo.

Un confundido Johan busco la mirada de su amigo Michael, y la encontró tal vez mas confundido que él; Vanessa ya lo había dejado de besar, y el solo salió de donde estaba para corres tras Caira. No sin antes preguntar a su amigo:
-¿Qué le paso?
-¿Todavía preguntas?, ¡Corre tras ella tonto!-Michael solo le dio una palmada en la espalda y se fue corriendo tras Caira.

No sabía por qué reaccione así, pero me sentía engañada y destrozada, tal vez solo fue un beso, pero ver corresponder a Michael hizo que todo en mí se rompiera. Corrí hacia quien sabe dónde, y luego me senté impotente en el césped donde me canse de correr y llore aún más fuerte, me quite el antifaz y lo arroje a la nada y llore. ¿Por qué me había hablado tan serio y frio?, y para acabar de ajustar…la besa… ¿estaba jugando conmigo de nuevo?, maldita sea…ya estaba cansada de esto…no quería que el jugara conmigo. Pensé en todo lo que me había dicho antes, todas esas hermosas palabras…pero por alguna razón sentía que solo era una mentira para que no fuera de su lado, sonaba tonto, pero en esos momentos mi patética mente no logro formular otra cosa. Seguí llorando, recordando el beso y su mirada fría cuando me dijo que me quedara con Johan. Lo amaba…de verdad…era todo para mi…pero me sentía demasiado usada, no eran celos…lo único es que al verlos besarse, y la gente viéndolos felizmente, me llego a la mente que tal vez era mejor que estuviera con ella…todos felices con la pareja…sin problemas…ni complicaciones como las que tenía conmigo…si…tal vez era mejor dejarlo con ella.

No podía hacer eso. Soy demasiado egoísta para hacer eso, pensé. Quería tan solo estar con él sin ningún problema de por medio…me sentía un estorbo en su vida ahora mismo… ¿olvidar lo nuestro era lo correcto?... ¿dejarlo con ella era lo mejor?... no sabía que hacer… pero estaba segura… que tal vez estar juntos no era lo mejor.

domingo, 2 de octubre de 2011

Capítulo XXVI: Antes de "la noche".

Hola a todas!, bueno ya las aburrí explicándoles mi tardanza, ¿no?, tienen todo el derecho a matarme, si quieren, pero bueno, aquí les traigo el siguiente capítulo. Ahora que es mi ultima semana de clases, creo que después tendré bastante tiempo para terminar la novela, o al menos eso espero porque mis actividades de vacaciones tendrán un cambio drástico este año ¬¬ y puede ser que este igual de ocupada que en el colegio, pero aún así daré mi mejor esfuerzo =D
Bueno espero que lo disfruten mucho. Gracias por leer, y tenerme paciencia.
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¿Qué rayos hacía de compras con Haddy?, si, en efecto: comprando mi vestimenta para el viernes. Uno de mis peores enemigos: ir de compras, o algo parecido. En fin…como toda mujer en una situación así, NO SABIA QUE RAYOS PONERME, y no lo podía dejar para otro día, ¿por qué?, porque yo de VAGA había esperado hasta el último momento para ir de compras. Ya era Jueves, y no supe mucho de Michael hasta hoy en la mañana cuando se disculpó por no haberme llamado en toda la semana, me dijo que sus padres lo tenían agobiado por lo del viernes, así que ni siquiera pregunte mucho, y le dije que no había problema; después de colgarle, me acorde que no tenía un disfraz, ni mucho menos idea de cuál disfraz ponerme, así que recurrí a mi linda…Haddy.  Así es ella vino desde Oregón, solo para ayudarme a escoger mi atuendo, y bueno se estaría aquí  hasta hoy así que la aproveché al máximo ya que al llegar a casa papá la estaría esperando para irse. Claro que ella accedió porque según ella “era como un cuento de hadas” lo que había entre Michael y yo, deje que siguiera fantaseando, no me importaba, en cuanto me ayudara, no habría problema. Bueno, así que no sabía que ponerme y Haddy ya me había dado muchas opciones, pero en mi desesperación me dio una de sus últimas ideas, después de todo llevábamos ahí alrededor de 2 horas sin encontrar nada.
-¿Qué tal si te vistes de princesa?
-¿no crees que es algo muy tonto?, esas cosas de princesas nunca fueron conmigo.
-lo sé. Pero Michael sería un lindo príncipe. Y tu una hermosa princesa…
-Haddy-dije mirándola seriamente de brazos cruzados-ni lo pienses.
-Ok…-suspiro-entremos a esa tienda, ahí hay varias opciones…-dijo señalando una tienda llena de cosas. Hice una mueca y la seguí.
Entramos a la tienda, y yo me sentía como una tonta, pero aun así…por el mudo que me hacía hacer lo imposible, esto era poco…
-¡Mira Caira!, aquí hay un disfraz de vaquera. Creo que va con tu estilo…
-parece un vestuario de drag queen, ¿sabías?
-¿por qué?
-solo mira lo corto de la falda. Lo corto de la blusa. NI MUERTA.
-Ok…-suspiro y rebusco entre los demás disfraces- ¿Qué tal si te vistes de mesera?
-Haddy…
-Ok no. ¿Qué tal de osito de peluche?
-Me parece bien…pero no se…estaría fuera de lugar…
-tienes razón no es una fiesta de adolecentes…
-creo que no iré…
-espera-tomo uno-¿Qué tal de artista de circo?
-¿! AH?!
-no te alteres. Mira…es como un atuendo elegante, lindo y bastante conveniente para ti.
-la verdad es que si…pero mira la falda está bastante corta…
-solo ponte medias que combinen y ya.
-si…ok lo llevare…-lo tome y -me fui a la caja con Haddy atrás mía con una gran sonrisa.
-¿en qué le puedo ayudar?-dijo la señorita de la caja.
-quisiera llevar este atuendo.
-ok con mucho gusto, vale $.120.00, pero si lleva los accesorios, queda a $.95.00, es oferta del mes.
-ok démela.-dije mientras esperaba que ella escogiera los accesorios, y los pusiera delicadamente en bolsas separadas el vestido y los accesorios.
-aquí tiene, serias $.95.00.
-ok-le di el dinero y ella me entrego las bolsas.-Gracias.
-un placer, vuelva pronto.
Nos fuimos a tomar algo, le compre a Haddy una cadena, que hace mucho tiempo me había dicho que quería una así, lo hice para agradecerle por ayudarme hoy, y luego de tomar algo y de su cadena, nos fuimos a casa en taxi, porque no quería usar mi auto hoy. Luego llegamos y papá estaba afuera esperando a Haddy, me despedí de ella, y salude a papá, para luego despedirlos desde la entrada al edificio de apartamentos hasta que se perdieron en el camino. Luego de tomar el ascensor, llegue  a mi apartamento, abrí y deje las bolsas en la sala, me fui a poner pijama. Me quede en mi habitación ordenándola un poco, luego me fui a la cocina a coger algo de tomar de la referí y tome mis bolsas para ponerlas en mi habitación. Ya eran las 8:00 p.m, mañana a las 7:00 p.m,  me tenía que ir a la casa de Michael, al baile. Wow “baile”, sonaba tan…tan raro, pero qué más da. Me acosté algo cansada porque en el día había hecho muchas cosas con tal de tener al menos 2 horas de compras. Me quede en poco tiempo dormida.

A la mañana siguiente el molesto despertador sonó, y  lo arroje al piso y se detuvo. Me levante y levante el despertador para ponerlo en su lugar de nuevo. Me dirigí a la ducha, luego tome un pantalón, una blusa y un suéter, luego me acorde que hoy no habían clases por las remodelaciones que estaban haciendo, así que decidí hacer algunos asuntos que tenía pendientes, como pagar facturas, comprar comida, comprar unos libros de la universidad, ver las opciones de trabajo, ya que necesitaba uno nuevo, y bueno entre otras cosas, y obviamente comprar el regalo de Michael, que me costó mucho elegirlo, pero al fin encontré algo genial: Una caja de cristal musical, que sonaba una bella canción junto con Peter, Campanita y los niños perdidos en simulación de volar, sabía que le iba a encantar, era hermosa.  Alrededor de las 5:00 p.m llegue agotada a mi apartamento, deje todo en la sala y tome el teléfono y llame a Michael para desearle feliz cumpleaños. Claro que llame a su teléfono de la su habitación, gracias a Dios tenia uno, porque no me atrevía a preguntar por el a sus padres.
-¿Hola?... ¿Michael?
-Sí, el mismo. ¡Caira!
-¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
-hahaha… ¡gracias!
-de nada, espero que cumplas muchísimos años más.
-muchas gracias, ¿vendrás, no?
-claro que sí. Ya casi son las siete.
-sí, aquí es una jungla, ayer vino mi familia y todas mis primas están como locas buscando que ponerse, y mis primos haciendo relajo molestándolas, mis tías chismoseando, mis tíos quejándose de sus matrimonios, mi madre alterada para que todo este “perfecto”, mi hermanito como si nada, y mi padre indiferente.
-wow… ¿y tú como estas?
-esperando a que vengas. No te he visto en casi una semana. Además que en unos momentos me tengo que arreglar…
-igual yo.
-¿de qué te vestirás?
-es una sorpresa.
-Caira… ¡dime!
-¡NO!
-entonces no te diré el mío.
-está bien. Mejor así. Así los dos serán sorpresa.
-Mala…
-¿soy tu mala?
-¡SI!
-entonces me parece.
-ay mi Caira…mi malvada Caira…
-ya cállate loco, mejor vete a vestir.
-hahaha…!¿ves?!, eres mala…
-sí pero tu mala, y así me quieres.
-sep…bueno mamá ya me está llamando. Nos vemos, te estaré esperando.
-Ok nos vemos…
Colgué. Siempre con la misma aceleración de la sangre y los latidos. Eso ya era normal para mí. Como amaba a este hombre…en fin, ya se estaba haciendo tarde así que tome las bolsas donde estaba mi vestuario y las puse en la cama, me duche de nuevo y me empecé a cambiar. Mi atuendo era un vestido medio corto color blanco con cintas y detalles en azul, traía unos guantes blancos largos estilo Madonna, y una moña algo grande con los mismos colores, me puse los accesorios que en su mayoría eran azules, me puse también las medias de color blanco, luego me empecé a peinar, luego de estar convencida, ya eran las 6:50, tome un bolso y antifaz también combinado, me vi al espejo y no me miraba tan mal así que me fui al auto.  Conduci algo nerviosa…pensaba en él, pero también pensaba…en lo que me esperaba…esas miradas, esas prejuiciosas miradas…pero una vez más…por el amor de mi vida…por esa persona que era mis ojos…mi todo…aguantaba todo, con tan solo verlo sonreír, con tan solo hacerlo feliz…con estar con el…aunque estábamos en una situación incómoda, y aunque no supiéramos como responderían los involucrados a “este asunto”, estábamos tan solo seguros de una cosa: jamás nos separaríamos. Tal vez el “por siempre” no existía, tal vez ni siquiera el “jamás”, ni el “nunca”, pero lo nuestro estaba aquí, vivo y latente, y no lo dejaríamos tan fácilmente, en especial por algo como estos “lazos de conveniencia”.